El fin de la semana pasada y la apertura de la semana corriente estuvo signada por el cambio del Ministro de Finanzas japonés.
El anterior ministro Hirohisa Fujii, fue hospitalizado y posteriormente dimitido por motivos de salud. En función de estos hechos fue nombrado como sustituto Naoto Kan.
A tan solo unas horas de su asunción el nuevo ministro efectuó anuncios que contradicen la política de su predecesor, de forma de señalar que prefiere un yen débil a uno fuerte.
Estas declaraciones que apoyan la política de abaratar la moneda nipona para favorecer a los exportadores, tuvo un impacto inmediato en la cotización del yen.
Las declaraciones fueron bien recibidas por el sector empresarial, dado que este sector teme que un yen fuerte frente a dólar y al yuan disminuyan las posibilidades de Japón de salir de la crisis. Dada la dependencia del país insular de las exportaciones y la escasez de su demanda interna, el incremento de la cotización de su moneda, puede hacer peligrar su recuperación.
Japón no ha intervenido en el mercado de divisas extranjero desde 2004, pero por las declaraciones de su Ministro de Finanzas, pareciera que Japón se presenta menos reacio a intervenir en el mercado para debilitar el yen.
