Tasas de interés en el cambio de divisas

Los modelos macroeconómicos tradicionales en términos de divisas y tipos de cambio se basan en los análisis fundamentales. En estos modelos, la fuerza básica que impulsa la tasa de interés de la divisa proviene del equilibrio entre la oferta y la demanda, por ejemplo, si la demanda por el dólar estadounidense supera su oferta a la actual tasa de cambio frente al euro, el precio del dólar estadounidense en términos del euro aumentará. Por el contrario, si la oferta excede a la demanda, el precio bajará.

Los factores de demanda y oferta que rigen las tasas de divisas se han convertido en factores mucho más complejos que eso, debido a que las personas no usan las divisas sólo para adquirir bienes y servicios extranjeros, sino también para actividades como la inversión transfronteriza y la especulación financiera. Esto abre muchas otras variables que se deben considerar al abordar los movimientos cambiarios, como destaca el Federal Reserve Bank de Nueva York. Uno de los factores más importantes, por ejemplo, es cómo los inversores montan las tasas de intereses diferenciales entre varios países.

El interés financiero es definido como el precio que se paga para atraer a los comerciantes con sus fondos financieros para ahorrar en vez de gastar, o invertir en activos a largo plazo en lugar de esperar dinero en efectivo. Por lo tanto, las tasas de interés reflejan la interacción entre la oferta de ahorro y la demanda de capital, o entre la demanda de dinero y su oferta. Un factor determinante de estas tasas de interés son las expectativas inflacionarias. Los inversionistas globales, en general, desean una rentabilidad real de sus inversiones, y los cambios en las previsiones sobre la inflación futura se reflejan en las tasas de cambio actuales. El «retorno real» se refiere a la tasa de interés menos la tasa de inflación.

Aquí se menciona un ejemplo de cómo funciona esto: Si las tasas de interés de Australia son más altas que las tasas de interés de los inversores japoneses, estos comerciantes querrán comprar bonos australianos para tomar ventaja de los precios más altos y adquirir los retornos correspondientes. Pero para hacerlo, primero deben vender yenes japoneses y comprar dólares australianos con el actual tipo de cambio entre las dos divisas.

Luego, los inversores japoneses no se encontrarán propensos a dejar su dinero en los bonos australianos por tiempo indefinido y, en algún momento de su futuro, tendrán que traer a su hogar ingresos y convertirlos de nuevo a yenes. Es por esto que estarán interesados en tener una idea del tipo de cambio futuro entre el yen japonés y el dólar australiano.

El rendimiento previsto para estos inversores debe tomar en cuenta factores que afectan las tasas de intereses y el movimiento esperado en la tasa de cambio entre las dos divisas. Es decir, la demanda por yenes dependerá no sólo del tipo de cambio actual, sino también de la previsión futura de los movimientos de las divisas frente al dólar australiano.

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