El yen se ha convertido muy a su pesar en uno de los grandes protagonistas del verano en los mercados y promete seguir siéndolo. La moneda nipona se ha revalorizado hasta alcanzar sus máximos en 15 años frente al dólar y el euro, lo que ha hecho saltar las alarmas en Wall Street y en el propio gobierno japonés. Japón depende altamente de sus exportaciones, que ahora peligran con un yen tan fuerte. Por eso, desde el ejecutivo ya se habla de una posible intervención gubernamental -aunque no se ha contratado de que tipo- y de medidas adicionales por parte del Banco de Japón -se rumorea que podría aumentar su programa de préstamos corporativos al 0,1%-..
El yen ha actuado como un valor refugio ante la inestabilidad de los mercados gracias en buena medida a la previsible política monetaria de Japón. Y es que si algo ha definido a la economía nipona estos últimos años además de la brutal deflación que vivió es su apuesta por un yen a la baja como medida para incentivar las exportaciones. Hasta ahora había bastado con una política de tipos de interés cercanos al cero por ciento, pero en el entorno actual parece que esto no será suficiente. Sin embargo, algo tendrá que hacer Japón si no quiere que su modelo económico sufra un duro revés y que el Nikkei siga desplomándose -ha llegado a perder los 9.000 puntos-.
Por el momento, sus exportaciones volvieron a caer en julio por quinto mes consecutivo, lo que aumenta la presión sobre el país y dispara las dudas acerca de su recuperación económica. Los síntomas no son los más esperanzadores, pero s algo han demostrado el gobierno japonés y su banco central a lo largo de la historia es que no les tiembla la mano a la hora de tomar medidas intervencionistas. La próxima reunión del Banco de Japón el 6 y 7 de septiembre puede ser un momento clave, siempre que la situación no se deteriore todavía más -la posibilidad de que se tomen medidas adicionales ya ha servido para calmar a los mercados-.
Lo que sí parece cristalino es que Japón no puede seguir soportando una apreciación de su moneda unido a una caída del consumo, así que sólo es cuestión de tiempo. Mientras, quienes cuenten con una hipoteca multidivisa en yenes deberán seguir sufriendo.