La economía japonesa registró tasas de crecimiento muy reducidas a lo largo de la década de los noventa con efectos perjudiciales en términos de producción y empleo. Por añadidura, las debilidades estructurales existentes en Japón han llevado a algunos autores a considerar la inexistencia de un modelo de crecimiento japonés.
En este contexto, la evolución del tipo de cambio del yen no siempre ha venido respaldada por los fundamentos de la economía japonesa mostrando, en algunos periodos, una fortaleza difícil de explicar.
En la actualidad, las autoridades japonesas temen que se produzca un repunte de la cotización del yen respecto al dólar por la pérdida de competitividad que ello supondría para las exportaciones de Japón y por los efectos que esto podría tener sobre la coyuntura económica de Estados Unidos.
En efecto, las empresas niponas dependen de la evolución de los mercados de los productos de alta tecnología que, como sabemos, son muy competitivos y, por añadidura, la actividad económica en Japón ha venido impulsada por las exportaciones, por los programas de gasto en infaestructuras y, más recientemente, por la inversión empresarial.
Por lo que respecta a la cotización del dólar, no cabe duda de que una ligera depreciación sería positiva para el mantenimiento de la actividad económica aunque podría tener consecuencias desfavorables si los inversores internacionales comienzan a abandonar sus posiciones en dólares.